Ian, que en pocos días se va de viaje por más de cinco meses a correr olas en Indonesia, me dio el gustazo de acompañarme con el Mojiiito desde el ACAL, Malvín, Montevideo, como despedida padre e hijo.
Pasamos bárbaro. No le dimos mucha importancia a la navegada, con vientos que cambiaron desde 15 nudos hasta 5. Simplemente disfrutamos de estar juntos.
Salimos con dos rizos de vela, y no nos preocupamos de sacarlos cuando el viento casi paró.
Gracias Ian.
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